Cosas que no entendía

y ahora, por la gracia de Dios, entiendo

por Joaquín Sánchez

Antes, al igual que aquellos que siguen aferrados a su pecado, no entendía por qué Dios veía mal algunas cosas que yo hacia pues para mí no estaban mal, pero, cuando comencé a conocer cual era el propósito y la voluntad de Dios para mi vida, entonces pude entender que pecado es toda actitud (pensamiento, acción u omisión) que va en contra de los propósitos y la voluntad de Dios y que ciertamente esta era una constante en mi vida. 

Antes no entendía por qué mi atracción precisamente hacia todas esas cosas que a Dios no le agradaban, al pecado, pero, al leer en el libro de Génesis lo que pasó en el jardín del Edén pude entender que el hombre fue creado para tener comunión con Dios, pero debido a su terca voluntad egoísta, escogió su propio camino y su relación con Dios se interrumpió, Adán y Eva decidieron seguir su propio camino y rompieron su relación con Dios. Desde entonces el hombre ha elegido seguir su camino independiente. A veces esta voluntad egoísta se expresa como una rebelión activa contra Dios; otras como indiferencia pasiva hacia Él, pero, como quiera que se manifieste, esta rebeldía es lo que la Biblia llama PECADO. 

Antes no entendía la razón de ser del matrimonio, pensaba que era un mero acto social, un requisito que habría que cumplir para quedar bien ante los demás. Ahora, entiendo cual es el propósito de Dios para el hombre y la mujer y que está expresado claramente en Génesis 2:18-25, que Dios instituyo el matrimonio (Génesis 2:24), y que no es verdad que Dios haya creado homosexuales. Dios creó al hombre varón y hembra, los hizo complementarios y les dijo que llegaría a ser uno (Génesis 2:24)

Antes no entendía que había una verdad absoluta que está por encima de nuestras personales opiniones. Ahora entiendo que la cuestión aquí no es lo que para nosotros pueda ser o no ser, la cuestión es lo que Dios dice, no es si para mi esto o aquello es o no pecado, sino lo que Dios ha definido que es pecado. 

Antes no entendía que nosotros mismos no podemos determinar lo que es mejor para nosotros, mi pensamiento era que cada uno determinaba que era bueno o que era malo de acuerdo a sus propias ideas. Ahora entiendo que quien define lo bueno y lo malo es Dios pues si nosotros definiéramos lo que es bueno o es malo, entonces, para los adúlteros el adulterio no sería malo, para los asesinos el asesinato (el matar) no sería malo, para los mentirosos el mentir no sería malo, cada quien podría elegir lo que es malo y lo que es bueno de acuerdo a su voluntad y siempre tendría una "buena" justificación para hacerlo. Pero, justamente esto es el principio por el que actúa el pecado en nuestra vida, poner nuestra voluntad y deseos por encima de la voluntad y deseos de Dios. 

Antes no entendía que el pecado no tiene categorías, pensaba que había pecados chicos y pecados grandes y que mientras que no afectara a nadie más yo podía hacer lo que quisiera pues no era pecado si no le hacia daño a alguien más. Ahora entiendo que para Dios no hay pecado chico ni pecado grande sino que todos son iguales y que Él es el principal agraviado con nuestro pecado.  

Antes no entendía que el pecado, cualquiera que este sea, debe ser igualmente repudiado, y primeramente en nuestras vidas. Creía que debía hablar más fuertemente de pecados que fueran muy notorios o socialmente rechazados (siempre y cuando no fueran los míos). Creía que había mayor gravedad en ser homosexual o asesino que en ser mentiroso o iracundo. Pero ahora entiendo que la homosexualidad, el adulterio, la fornicación y el asesinato es pecado, tanto como lo es el mentir, el robar, el codiciar, la ira, etc, así que, tan pecador es el homosexual, el pederasta, el zoofílico,  el asesino, el adultero, el fornicario, como lo es el mentiroso, el iracundo, el codicioso, el egoísta. 

Antes no entendía que el pecado era inherente a todos nosotros, pensaba que solo los "malos" eran pecadores y que yo era bueno y que no había pecado en mí. Ahora entiendo que el problema (el pecado), lo tenemos TODOS, no solo unos cuantos, y la solución es la misma para TODOS: Jesucristo, la cuestión es que no todos quieren aceptarla, pues quieren seguir haciendo su voluntad, sin sujetarse a la voluntad de Dios. 

Pero de entre todas las cosas que no entendía, y que ahora, gracias a Dios, estoy entendiendo, esta el hecho de que era imposible para mí liberarme de la esclavitud del pecado y estar en paz con Dios. Pensaba que podía, por medio de mi religión, de mis buenas obras, alcanzar el favor de Dios, pero ahora entiendo que esto es imposible, tan imposible como que un muerto pueda hacer algo para dejar de estarlo. 

Y gracias a la misericordia de Dios, pude escuchar su bendita Palabra, pude percibir Su llamado, y así como Lázaro, fui levantado de la tumba en la que me encontraba, Su Palabra me levantó y me dio nueva vida para salir y encontrarme con mi Señor y Salvador. Y ahora, puedo entender, que antes seguía mi propio camino, ahora Dios me llama a seguir el Suyo y que este es para:

1. Regenerarme y cambiarme, al:

a. Despojarme de la vieja naturaleza (Romanos 6:6; Efesios 4:22; Colosenses 3:9)

b. Revestirme de la nueva naturaleza (Romanos 6:7-8; Efesios 4:2; Colosenses 3:10)

c. Renovar el espíritu de mi mente como parte del proceso continuo de madurez en la semejanza a Cristo (Romanos 12:2; Efesios 4:23; Colosenses 3:10)

2. Dándome el poder y la fuerza para madurar al:

a. Negarme a mi mismo y al seguir a Cristo (Lucas 9:23-24)

b. Ponerme a un lado (despojarme de) las prácticas de la vieja naturaleza (Romanos 6:11-22; Efesios 4:25-32; Colosenses 3:5-17; Apocalipsis 2:4-5) y caminar de una manera digna del Señor (Efesios 4:1; Colosenses 1:10); y

c. Agradar a Dios en todas las cosas (2 Corintios 5:9; Colosenses 1:10)

Ahora entiendo que siempre que practique un pecado en particular, me coloco bajo su control. Mientras esté esclavizado a ese pecado, no puedo afirmar que estoy siguiendo de todo corazón a Jesucristo.  

Entiendo también que si continúo practicando de manera persistente ese pecado, y no doy los pasos bíblicos para vencerlo, entonces existe una razón para dudar si mi conversión es genuina.  

Entiendo que pesar de mi incapacidad inherente para vencer la esclavitud a un pecado que domina la vida (como la homosexualidad, la pornografía), se me ha dado (como creyente sincero en Jesucristo), la gracia, la misericordia y el poder de Dios para vencer cualquier pecado. Además, al ir venciendo el poder del pecado por la capacitación de Dios, se desarrolla en mi vida el carácter de Cristo (Salmo 119:9-11; Romanos 6:1-14, 8:2; 1 Corientios 6:9-20; Efesios 2:1-10; 2 Timoteo 2:22; Hebreos 10:26-27; 2 Pedro 1:2-10; 1 Juan 1:6-26, 3:4-10, 4:4, 5:5) 

Y por último, entiendo que si caigo en pecado lo más fácil es justificarme, esa siempre ha sido la salida más fácil, pero la Bendita Palabra de Dios me muestra, sin lugar a dudas que, soy esclavo del pecado cuando, de buena gana o sin darme cuenta, me coloco bajo el control de alguien o de algo que no se el poder del Espíritu Santo de Dios (p. ej.: drogas, alchol, sexo, otra persona, mi grupo de amigos, una relación falsa, un hábito egocéntrico tal como el chisme o la pereza, o un deseo egoísta por el poder, la comida, la riqueza o el placer). Sin embargo, Dios ha quebrantado el poder del pecado a través del Señor Jesucristo. Puedo vencer los hábitos pecaminosos dependiendo de la fuerza del Señor siendo obediente a Su Palabra (Juan 8:34-36; Romanos 6:1-7, 11-22; 8:11-15; Gálatas 5:16; 2 Pedro 2:19b; 1 Juan 3:23-24, 5:1-5).  

Pero antes, para poder entender todo esto y para que sea una realidad, se debe nacer de nuevo, se debe convertir uno a Cristo, debe reconocer su pecado y arrepentirse de el no hay otra manera, este es el camino de Dios. 

Yo lo hice, no gracias a mi, sino gracias a Dios, por Su infinita misericordia. 

Y tú, amigo lector ¿ya naciste de nuevo? ¿entiendes también todo esto? Sino, ¿Qué esperas para acercarte a Jesucristo para que sea tu maestro, le reconozcas como Salvador y le hagas el Señor de tu vida?

Atte.

Joaquín Sánchez

INDICE

Daniel Sapia - "Conoceréis la Verdad"

Apologética Cristiana - ® desde Junio 2000

http://www.conocereislaverdad.org