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Cartas de un Sacerdote Católico

Asunto: " RE: Para Testimonio... "

Es parte [4] de una serie que comienza en [1] ,continúa en [2] y [3]

Sr. Sapia:

Como lo dije antes, lo repito: se pierde el tiempo con las personas que no quieren aceptar otra que no sea su Verdad.

Veo que para usted es importante el mantener mis escritos… no por que con ellos se pueda evangelizar a alguien, sino simplemente para exhibir a la Iglesia Católica. Si no fuera así… ¿qué interés podría mantener un articulo que no evangeliza a nadie sino solo polemiza y que finalmente, dado que el objetivo del escrito en cuestión, el cual no era entrar en un debate sobre un punto de doctrina sino, como usted bien lo dice, cuestionar el tono de los escritos de su página en relación a la Iglesia Católica, hace aparecer mal (según mi opinión… que creo que sería suficiente en este caso ya que soy el autor del escrito), a la Iglesia.

Siento tristeza, hermano (si es que lo puedo llamar así, porque de acuerdo a lo que usted piensa, al parecer no tenemos al mismo Dios y Padre), que en lugar de buscar el acercamiento y la caridad, resulte siempre con mil argumentos evasivos.

Le hice una reclamación que creo que es fundada… al menos desde mi punto de vista… ¿por qué no lo respeta? Después de todos estos escritos, me deja la impresión, Sr. Sapia, que si algo le hace daño a alguien a usted eso no le interesa… Para usted primero esta la Biblia que la caridad. Esta actitud suya me recuerda el pasaje del hombre herido en el camino al que dejaron abandonado los “sabios.. los conocedores de la ley” y que fue atendido por el Samaritano (no le pongo la cita porque estoy seguro que conoce este capitulo 15 de Lucas). Recuerdo que Jesús le dice, al fariseo que lo había cuestionado sobre quien eres su prójimo para amarlo: “Ve y haz tú lo mismo”.

Finalmente me despido de usted recordándole algo que ya sabe muy bien pero que no parece tener demasiada importancia en su vida, pues es un texto que pone la supremacía para ser condenado o salvado no en lo que se sabe de la biblia sino en haber vivido la caridad.. se lo dejo con todo y los versiculos para que le sea más facil rebatirme todo lo que le he dicho (que con honestidad le digo que ya no lo leeré pues lo demás lo dejo ya a su criterio y la justicia de Dios).

Pero cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los ángeles con El, entonces se sentará en el trono de su gloria; 32 y serán reunidas delante de El todas las naciones; y separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos. 33 Y pondrá las ovejas a su derecha y los cabritos a su izquierda. 34 Entonces el Rey dirá a los de su derecha: “Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. 35 “Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recibisteis; 36 estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí.” 37 Entonces los justos le responderán, diciendo: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer, o sediento, y te dimos de beber? 38 “¿Y cuándo te vimos como forastero, y te recibimos, o desnudo, y te vestimos? 39 “¿Y cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti?” 40 Respondiendo el Rey, les dirá: “En verdad os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos hermanos míos, aun a los más pequeños, a mí lo hicisteis.” 41 Entonces dirá también a los de su izquierda: “Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno que ha sido preparado para el diablo y sus ángeles. 42 “Porque tuve hambre, y no me disteis de comer, tuve sed, y no me disteis de beber; 43 fui forastero, y no me recibisteis; estaba desnudo, y no me vestisteis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis.” 44 Entonces ellos también responderán, diciendo: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, o sediento, o como forastero, o desnudo, o enfermo, o en la cárcel, y no te servimos?” 45 El entonces les responderá, diciendo: “En verdad os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de los más pequeños de éstos, tampoco a mí lo hicisteis.” 46 Y éstos irán al castigo eterno, pero los justos a la vida eterna. (Mt 25, 31-46)

Si verdaderamente quiere ser honesto… publique también estas últimas correspondencias… así la gente que las lea en su página podrá tomar un criterio entre un sacerdote católico (pude incluso poner mi nombre: xxxx xxxx xxxx y el link a mi página de evangelización www.xxxxxxxx.xxx.xx ), y sus argumentos para pedir que retiren un documento que él emitió y a quien no se le advirtió que se harían públicas y el Señor Sapia, un hermano de la reforma, que obcecadamente decidió mantenerlo sin importar que esto fuera lesivo para el sacerdote.

Lo saludo y deseo que tenga paz en su vida y en su corazón.

Como María, Todo por Jesús y para Jesús

EM


 

Respuesta de Daniel Sapia

 

Paz de Dios, gracias por su tiempo.

Dándole la atención que su respuesta merece, le ofrezco nuevamente mi comentario.

 

1. Sr. Sapia: Como lo dije antes, lo repito: se pierde el tiempo con las personas que no quieren aceptar otra que no sea su Verdad.

Creo que anteriormente ya le manifesté algo en esta misma línea: me sorprende algunas cosas que dice, como si usted no observara en usted mismo aquellas cosas que critica de los demás.

Le recuerdo que fue Usted quien en nuestro temprano intercambio no quiso aceptar otra verdad que no fuera la suya, alegando que era “inútil y pérdida de tiempo” además de infructuoso el dialogar con los hermanos de la Reforma (Protestantes).

Sin embargo, y a pesar de darle yo todas las explicaciones que mi pobre mente puede desarrollar, me tilda de “persona que no quiere aceptar otra que no sea su Verdad”. Discúlpeme. No son así las cosas.

 

2. Veo que para usted es importante el mantener mis escritos… no por que con ellos se pueda evangelizar a alguien, sino simplemente para exhibir a la Iglesia Católica. Si no fuera así… ¿qué interés podría mantener un articulo que no evangeliza a nadie sino solo polemiza y que finalmente, dado que el objetivo del escrito en cuestión, el cual no era entrar en un debate sobre un punto de doctrina sino, como usted bien lo dice, cuestionar el tono de los escritos de su página en relación a la Iglesia Católica, hace aparecer mal (según mi opinión… que creo que sería suficiente en este caso ya que soy el autor del escrito), a la Iglesia.

Su escrito es un pertinente, claro, actual y preciso TESTIMONIO de la diferencia que existe entre lo que se pregona de aquello que realmente se cree y hace. Sólo con ello me alcanza para estimar de alguna importancia el mantener este breve intercambio (anónimo) en el sitio.

Ahora... el tema entonces no pasa por si sus dichos hacen mal o no hacen mal a la Iglesia, sino por si es cierto o no es cierto que Usted dijo lo que se reproduce. ¿Lo dijo Usted? ¿Está completo y todo en su contexto? Usted sabe que si. Entonces de allí en más cada uno es libre de sacar la conclusión que le parezca respecto a las palabras del “Sacerdote Católico”.

Le repito: CURIOSO es que cumpliendo Usted una función tan importante en un sitio web de evangelización por internet no se haya percatado de este “riesgo” al momento de emitir sus opiniones discriminatorias y demostrativas de escasa tolerancia. Y como Usted mismo dijo, NO desde ayer, sino “desde hace MUCHO TIEMPO”.

 

3. Siento tristeza, hermano (si es que lo puedo llamar así, porque de acuerdo a lo que usted piensa, al parecer no tenemos al mismo Dios y Padre), que en lugar de buscar el acercamiento y la caridad, resulte siempre con mil argumentos evasivos.

Me sigue asombrando con sus respuestas.

Me dice “...hermano (si es que lo puedo llamar así, porque de acuerdo a lo que usted piensa, al parecer no tenemos al mismo Dios y Padre)”, sin embargo fue USTED MISMO quien muy tempranamente y de manera peyorativa DEMARCÓ esa precisa “diferencia”, cuando dijo:

“Yo creo en el Dios de la misericordia, que desde la cruz dijo: “Padre perdónalos pues no saben lo que hacen”. Ese es el Dios que confiesa nuestra Santa Iglesia. Que lástima que no sea el tuyo serías mucho más feliz (… también en la Eternidad).”

Una vez más me critica sin razón, sorprendentemente sobre algo que usted mismo afirmó. ¿Cree que este argumento mío (como el resto de los argumentos que presenté) es... EVASIVO? Discúlpeme, pero no creo ser precisamente yo el que responde de manera evasiva.

 

4. Le hice una reclamación que creo que es fundada… al menos desde mi punto de vista… ¿por qué no lo respeta?

Porque desde mi punto de vista considero poseer razones valederas que avalan la pertinencia y viabilidad de la publicación (como fue oportunamente explicado). Yo respeto su punto de vista, pero no lo comparto.

 

5. Después de todos estos escritos, me deja la impresión, Sr. Sapia, que si algo le hace daño a alguien a usted eso no le interesa… Para usted primero esta la Biblia que la caridad. Esta actitud suya me recuerda el pasaje del hombre herido en el camino al que dejaron abandonado los “sabios.. los conocedores de la ley” y que fue atendido por el Samaritano (no le pongo la cita porque estoy seguro que conoce este capitulo 15 de Lucas). Recuerdo que Jesús le dice, al fariseo que lo había cuestionado sobre quien eres su prójimo para amarlo: “Ve y haz tú lo mismo”.

Ahora me quiere presentar como un “desalmado”, dando a entender que “si algo le hace daño a alguien a mi eso no me interesa…” Usted “dispara” para todos lados, para ver si algún tiro acierta en el blanco. Le aseguro que no puedo creer que reaccione de esta manera. Pregunto: ¿Acaso a usted le interesó EN ALGO el “daño” que podía hacerme al descalificar, desvalorizar y discriminar mis opiniones de manera seca e intolerante, como  expresó en su PRIMER respuesta? ¿O no me considera su prójimo? Yo si lo considero mi prójimo, por eso en mi primer respuesta le ofrecí un mensaje evangélico, el cuál rechazó.

 

6. Finalmente me despido de usted recordándole algo que ya sabe muy bien pero que no parece tener demasiada importancia en su vida, pues es un texto que pone la supremacía para ser condenado o salvado no en lo que se sabe de la biblia sino en haber vivido la caridad..

Este mismo texto, ya fue comentado en mi primer respuesta, punto Nº 3. Y lamento que menosprecie lo que pueda tener importancia en mi vida.

 

7. se lo dejo con todo y los versiculos para que le sea más facil rebatirme todo lo que le he dicho (que con honestidad le digo que ya no lo leeré pues lo demás lo dejo ya a su criterio y la justicia de Dios).

Pero cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los ángeles con El, entonces se sentará en el trono de su gloria; 32 y serán reunidas delante de El todas las naciones; y separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos. 33 Y pondrá las ovejas a su derecha y los cabritos a su izquierda. 34 Entonces el Rey dirá a los de su derecha: “Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para nosotros desde la fundación del mundo. 35 “Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recibisteis; 36 estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí.” 37 Entonces los justos le responderán, diciendo: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer, o sediento, y te dimos de beber? 38 “¿Y cuándo te vimos como forastero, y te recibimos, o desnudo, y te vestimos? 39 “¿Y cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti?” 40 Respondiendo el Rey, les dirá: “En verdad os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos hermanos míos, aun a los más pequeños, a mí lo hicisteis.” 41 Entonces dirá también a los de su izquierda: “Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno que ha sido preparado para el diablo y sus ángeles. 42 “Porque tuve hambre, y no me disteis de comer, tuve sed, y no me disteis de beber; 43 fui forastero, y no me recibisteis; estaba desnudo, y no me vestisteis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis.” 44 Entonces ellos también responderán, diciendo: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, o sediento, o como forastero, o desnudo, o enfermo, o en la cárcel, y no te servimos?” 45 El entonces les responderá, diciendo: “En verdad os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de los más pequeños de éstos, tampoco a mí lo hicisteis.” 46 Y éstos irán al castigo eterno, pero los justos a la vida eterna. (Mt 25, 31-46)

La diferencia radica en si leemos la Biblia para entenderla, o la abrimos meramente para buscar justificaciones de lo que nos enseñan y deseamos creer.

Como dice el apóstol San Pablo, la salvación “no es por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:9). La clave para comprender correctamente este texto del evangelio según San Mateo, que prestamente cita, se encuentra en una palabra de los versículos 37 y 46. Y la palabra es “justos”.

No son las obras las que nos salvan, sino la justicia recibida EN Cristo, por gracia, por medio de la Fe. El apóstol San Pablo declara: “Justificados pues por la Fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo” (Romanos 5:1). El versículo 46 del texto que Usted cita NO dice que los obradores de bien irán a la vida eterna, sino “los justos [irán] a la vida eterna” (Mateo 25.46). Y naturalmente los “justos” son obradores de bien, porque esas obras fueron preparadas por Dios de antemano para que los justos anduvieran en ellas (Efesios 2:10). Con lo cual la Salvación no es POR obras sino PARA obras.

 

8. Si verdaderamente quiere ser honesto… publique también estas últimas correspondencias… así la gente que las lea en su página podrá tomar un criterio entre un sacerdote católico (pude incluso poner mi nombre: xxxx xxxx xxxx y el link a mi página de evangelización www.xxxxxxxx.xxx.xx ), y sus argumentos para pedir que retiren un documento que él emitió y a quien no se le advirtió que se harían públicas y el Señor Sapia, un hermano de la reforma, que obcecadamente decidió mantenerlo sin importar que esto fuera lesivo para el sacerdote.

Todas las correspondencias han sido publicadas. Note que al final de cada mensaje de correo que le envié existe un enlace que lo lleva directamente a la página dónde se reproduce la respuesta en cuestión.

Respecto a publicar su nombre completo y el de su sitio web, créame que no ha sido fácil tomar una decisión. Porque a pesar de pedirlo Usted mismo, no deseo en absoluto causarle públicamente ninguna molestia en lo personal.

No obstante si lo considera necesario, puede Usted publicar en su propio sitio web un enlace a este artículo, haciéndose personalmente responsable de la autoría de las palabras del "Sacerdote Católico". Eso queda librado a su decisión.


9. Lo saludo y deseo que tenga paz en su vida y en su corazón.

Amén. Retribuyo su deseo en el mismo espíritu.

Quisiera que comprendiera que yo no tengo nada en contra suyo. Al contrario, bendigo su vida. Solamente deseo dar testimonio de una realidad que viven a diario muchos de quienes predican a Cristo y no a religiones e Instituciones.

 

Dios le bendiga y le guarde en todos sus caminos.

Daniel Sapia
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Daniel Sapia - "Conoceréis la Verdad"

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