En una Carpintería

(Autor desconocido)

Agradecemos al Hermano Joaquín Sánchez (México)

por compartirnos esta hermosa reflexión

Cuentan que una vez en una pequeña carpintería hubo una extraña asamblea, fue una reunión de herramientas para arreglar sus diferencias. El martillo ejerció la presidencia, pero la asamblea le notificó que tenía que renunciar. ¿La causa? Hacía demasiado ruido y además se pasaba todo el tiempo golpeando a los demás. 

El martillo aceptó su culpa pero pidió que también fuera expulsado el tornillo, pues había que darle muchas vueltas para que sirviera de algo. Ante el ataque, el tornillo aceptó también, pero a su vez pidió la expulsión de la lija, pues era muy áspera en su trato y siempre tenía fricciones con los demás. La lija estuvo de acuerdo, a condición de que fuera expulsado también el metro, que siempre estaba midiendo a los demás según su medida como si fuera el único perfecto. En eso entró el carpintero, se puso el delantal e inició su trabajo, utilizó el martillo, el tornillo, la lija y el metro, y finalmente la tosca madera inicial se convirtió en un hermoso juego de ajedrez. 

Cuando la carpintería quedó nuevamente sola, se reanudó la deliberación, fue entonces cuando tomó la palabra el serrucho y dijo: Señores ha quedado demostrado que tenemos defectos, pero el carpintero trabaja con nuestras cualidades, y eso es lo que nos hace valiosos. Así que no pensemos más en nuestros puntos malos y concentrémonos en nuestros puntos buenos. La asamblea encontró entonces que el martillo era fuerte, el tornillo unía y daba fuerza, la lija servía para afinar y lijar asperezas, y el metro era preciso y exacto. Se sintieron entonces un equipo capaz de producir y hacer cosas de calidad se sintieron orgullosos de sus talentos y de trabajar juntos en las manos del Maestro carpintero.

 

Reflexión:

(Por Joaquín Sánchez)

En esta historia podemos identificar claramente a los personajes y elementos que se representan en la misma:

  • La carpintería: La iglesia

  • Las herramientas: nosotros, los creyentes

  • El carpintero: Nuestro Señor

Muchas veces nos olvidamos que no somos nosotros los importantes, que no lo son "nuestras" capacidades, sino nuestro bendito Señor, ya que de Él es la obra y así mismo la gloria, la honra y el poder, tal como lo declara el salmista: 

"La gloria, Señor, no es para nosotros; no es para nosotros sino para tu nombre y causa de tu amor y tu verdad" (Salmo 115:1) 

Tampoco valoramos la importancia de trabajar juntos, de hacer equipo pues, como está escrito: "Más valen dos que uno, pues mayor provecho obtienen de su trabajo. Y si uno de ellos cae, el otro lo levanta..." (Ec 4:9-10a). Y nos centramos en nosotros mismos dando lugar a la soberbia y la vanidad con las que vienen las disputas, las envidias, las peleas, las divisiones. Por eso, atendamos al consejo de la bendita Palabra de Dios que nos manda que seamos humildes y amables; que tengamos paciencia y nos soportemos (nos ayudemos con nuestras cargas, nos sostengamos), unos a otros con amor; procurando mantener la unidad que proviene del Espíritu Santo (Efesios 4:1-3), teniendo presente que donde hay envidias y rivalidades, también hay confusión y toda clase de acciones malvadas (Santiago 3:16). También la Palabra de Dios nos manda que no hagamos nada por egoísmo o por vanagloria sino con actitud humilde, considerando cada uno de nosotros al otro como más importante (Filipenses 2:3), porque todos somos miembros de un mismo cuerpo, Su cuerpo. 

Mis amados hermanos, les invito a que nos gocemos leyendo y meditando sobre los siguientes pasajes, los cuales nos muestran de manera clara nuestra mutua pertenencia, y de todos, al Señor: Romanos 12:4-10; 1 Corintios 12:12-27; Efesios 1:22-23; Efesios 4:1-7; Efesios 4:11-16, y que su bendita Palabra renueve nuestros pensamientos y fructifique en nuestras vidas para gloria de nuestro bendito Dios y Padre. 

Y por último, tengan siempre presente que no basta con oír el mensaje, hay que ponerlo en práctica (Santiago 1:22).

 

Oración:

Bendito Señor, ayúdanos a tener siempre presente que si algo podemos hacer es gracias a Ti que nos capacitas y nos esfuerzas, que nosotros tan solo somos vasos de barro para que lo que vean los demás sea Tu poder obrando en nosotros y de esa manera Tu bendito Nombre sea glorificado. Y ayúdanos también a estar siempre solícitos á guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz, siguiendo la verdad en amor y defendiendo la sana doctrina que nos fue dada.

 

En el nombre de Jesús.

Amén

Joaquín Sánchez

   

(México)

 

 

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Daniel Sapia - "Conoceréis la Verdad"

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