La Misa

como Sacrificio

por H.J. Hegger - ex sacerdote católico romano

tomado de «En la Calle Recta» - Año XXXVI N° 190

COMPARTIDO EN AMOR CRISTIANO

Con la doctrina de la transubstanciación el sacerdote se atribuye la potestad de poder decidir sobre el poder creador de Dios. Por eso se presenta a la gente como un milagro, alguien a quien incluso Cristo le debe obedecer, cuando él le llama sobre el altar para presentarse bajo la forma de pan y vino. También sé, que ellos piensan que Cristo les dio ese poder. Pero no hay ningún fundamento bíblico que sostenga esa idea.

Por la doctrina de la Misa como sacrificio se atribuyen los sacerdotes el poder de mediadores entre Dios y los hombres. En la sesión 22 del Concilio de Trento, el 17 de septiembre de 1562, la Iglesia Católica proclamó que la Misa es un verdadero sacrificio de reconciliación.

Tratemos de ver en qué textos de la Biblia pretende apoyarse Trento para decir que el sacerdote es portador de tal poder.

 

1.- El sacrificio de la Misa es necesario: 

"porque tiene un sacerdocio inmutable, permanece para siempre" (Hebr. 7:24-27). Aquí se hace depender, incluso, el sacerdocio de Cristo de los sacerdotes de la Iglesia Católica. ¿Pero qué dice en realidad la carta a los Hebreos?: "Y los otros sacerdotes llegaron a ser muchos, debido a que por la muerte no podían continuar; más Éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable" (Hebr. 7:23-24). Aquí nos hace ver el contraste que hay con los sacerdotes del Antiguo Testamento. Su sacerdocio terminaba con su muerte. Pero ese no es el caso de Cristo. ¿Por qué? Porque Su sacerdocio no termina con Su muerte, "por cuanto permanece para siempre". 

2. Cristo -dicen- quiso el sacrificio de la Misa "para dejar a Su amada, la Iglesia, un verdadero sacrificio visible" (porque así lo requiere la condición del hombre), esto según Trento. ¿Pero nos está permitido a nosotros, desde nuestra corrompida naturaleza, razonar y llegar a conclusiones, en las que nosotros proponemos como Dios Mismo se debe conducir con nosotros? Jesús dijo algo totalmente distinto a la mujer samaritana: "Mas la hora viene, y la ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al padre en espíritu y verdad" (Jn. 4:23). "Espíritu y verdad" están en contra de la exigencia de la visibilidad como dice Trento. 

3. Una tercera razón -dicen- por la que Cristo quiso la Misa, era: para que el sacrificio cruento hecho una vez en la cruz permaneciere su memoria hasta los fines de los tiempos (1 Cor. 11:23). Pero en ninguna parte de la Biblia se halla un texto en tal sentido, esto es, que el sacrificio de la cruz tenga que ser actualizado de nuevo a través de los siglos. 

Todo lo contrario, se hace hincapié en el hecho que el sacrificio de Cristo se realizó una vez y para siempre, y en manera alguna se puede repetir. La palabra que utiliza la Biblia refiriéndose al sacrificio de Cristo nos da el significado siguiente: "de una vez para siempre" = ephapax.

Esta misma palabra se encuentra en 1a Pedro 3:18: "Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados". Hebreos 10:2: "Pues los que tributan este culto, limpios una vez, no tendrían ya más conciencia de pecado". En Romanos 6:10: "Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas (ephapax)". En el verso 9 de este mismo capítulo, Pablo dice que Cristo "ya no muere más", ni tampoco de una forma incruenta como dicen los curas que se da en la Misa. En Hebreos 7:27 leemos: "Que no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo; porque esto lo hizo una vez para siempre (ephapax), ofreciéndose a Sí Mismo". ¿Cómo, pues, puede Roma afirmar, a vista de lo anterior, que Cristo se debe ofrecer diariamente en la Misa? Pues escrito está: "Por su propia sangre entró una vez para siempre (ephapax) en el lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención" (Hebr. 9:12). ¿Cómo, pues, puede afirmar Roma que Cristo cada día entra en el Lugar Santísimo, para ofrecerse de nuevo a Sí Mismo por medio de los sacerdotes, de una forma incruenta? En Hebreos 10:5-9 se describe cómo Cristo vino a la tierra para hacer la voluntad del Padre. Después continúa en el verso 10: "En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre". Si nosotros de una vez para siempre hemos sido santificados en la ofrenda del Gólgota, ¿por qué de nuevo tiene que ser actualizada por medio de la Misa, de una manera incruenta, que según Trento es un verdadero sacrificio?

En Hebreos 9:27-28 se compara lo irrepetible del sacrificio de Cristo con lo irrepetible de la muerte de los hombres. Allí se dice: "Está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio; así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos". ¿Cómo puede decir la doctrina de Roma que Cristo de nuevo muere sobre el altar, de una manera incruenta, bajo las manos del sacerdote? 

¿Qué significa morir incruentamente? Roma dice: "Es morir de una manera sacramental". Pero en la Biblia no encontramos esa manera de morir.

Por otra parte dice la carta a los Hebreos: "Sin derramamiento de sangre no se hace remisión" (9:22). ¿Cómo puede afirmar el Concilio de Trento, visto lo anterior, que el sacrificio incruento de la Misa "es realmente y verdaderamente un sacrificio de reconciliación"?.

4. Según Trento la Misa debe de celebrarse:

".....porque por medio de ella se nos aplican los méritos del sacrifico de la cruz por los pecados cometidos diariamente". Pero la Biblia nos dice continuamente que recibimos perdón de pecados por la fe en Jesucristo, sin la interferencia de personas o de ceremonias humanas. Solo un ejemplo: Pedro fue el primero que predicó a los gentiles. Él dijo: "de Éste dan testimonio todos los profetas, que todos los que en Él creyeren, recibirán perdón de pecados por Su Nombre" (Hechos 10:43). Aquí no se nombra ninguna otra condición; tampoco se nombra la obligación de asistir a Misa o a algo parecido. La manera de tener parte en el perdón de los pecados, es únicamente por la fe en Cristo. Si se dice que Pedro fue el primer papa, ¿por qué no se le escucha a él, y sí a los papas que en los siglos siguientes aportaron sus propias fantasías para aumentar su poder?

5. Trento saca de la pascua judía otro argumento para celebrar la Misa. "Así como se celebraba la pascua antigua - dice -, en la que los hijos de Israel recordaban la salida de Egipto (Ex. 12:1), de nuevo instituye la pascua,inmolándose a Sí Mismo a cargo de la Iglesia por medio de los sacerdotes bajo los signos visibles en memoria de su salida de este mundo al Padre, cuando por derramamiento de su sangre nos redimió y nos ha librado, "el Padre nos libró del poder de las tinieblas y nos trasladó al reino del Hijo de su amor" (Col. 1:13)".

Pero el significado inmediato de la Pascua no era recordar la salida de Egipto, sino la del paso del ángel sin tocar las casas de los israelitas, cuyos dinteles estaban señalados con la sangre del cordero, no así las de los egipcios donde murieron todos los primogénitos. "Y la sangre os será por señal en las casas donde vosotros estéis; y veré la sangre y pasaré de vosotros, y no habrá en vosotros plaga de mortandad cuando hiera la tierra de Egipto" (Éxodo 12:13).

Más tarde con la celebración de la Pascua, los judíos conmemoraban que habían sido librados por la sangre del cordero, por lo cual fue posible la salida de Egipto. Eso les debía mover a gratitud y a la plena confianza en el Dios del Pacto.

Pablo ve a Cristo como el Cordero pascual del Nuevo Pacto. "Porque nuestra Pascua que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros" (1 Corintios 5:7). El no dice: nuestro Cordero, Cristo, es de nuevo cada día inmolado por los sacerdotes de una manera incruenta en la Misa. Pablo enseña que el sacrificio de Cristo se realizó una vez y para siempre en el Gólgota.

6. Finalmente el Concilio de Trento dice que la Misa es el cumplimiento de la profecía de Malaquías: "Porque desde donde el sol nace hasta donde se pone, es grande mi nombre entre las naciones; y en todo lugar se ofrece a mi nombre incienso y ofrenda limpia" (1:11). Pero:

a. Ya hemos visto que después del sacrificio de Cristo no se puede dar otro verdadero sacrificio, porque su sacrificio es suficiente para siempre. La Misa es, pues, una negación de la suficiencia del sacrificio de la cruz.

b. Porque no es necesaria ninguna otra ofrenda en el Nuevo Testamento, tampoco son necesarios los sacerdotes. En parte alguna se le llama a los apóstoles o a los otros ancianos de la iglesia de Cristo, sacerdotes. Sí, se les llama a los creyentes sacerdotes, pero a todos, y esto en sentido espiritual: "Como sacerdocio santo para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo" (1 Pedro 2:5). Dice por medio de Jesucristo, no por medio de sacerdotes. ¿Por qué el llamado por Roma primer papa, Pedro, no dice ni una sola palabra sobre la Misa? ¿Por qué no dice nada de los sacerdotes en contraposición con los otros creyentes?

c. La profecía de Malaquías tuvo cumplimiento con la venida de Cristo, adoradores en espíritu y verdad. Esto es lo que Cristo le dice a la mujer samaritana en Juan 4.

d. En el Nuevo Testamento no encontramos resquicio alguno sobre la Misa, sí nos habla de ofrendas espirituales, por ejemplo: "Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios que es vuestro culto racional (espiritual)" (Romanos 12:1). "Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de Él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesen Su Nombre" (Hebreos 13:15).

Como vemos, la Iglesia Católica basó su enorme poder de mediadora al margen de la Biblia. Se presenta al mundo como a quien Dios Mismo se ha ligado dándole el poder sobre la transustanciación y por ello se hace la repartidora de la gracia de Cristo, de tal forma que todo hombre depende de la Iglesia Católica; o dicho con otras palabras, fuera de la Iglesia Católica no hay salvación. Pero el testimonio de Dios es totalmente distinto: "Este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna, y esta vida está en el Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida" (1 Juan 5:11-12).

Tú como católico debes elegir entre el testimonio de Dios o el del papa de Roma. Pero yo te aconsejo que tengas en cuenta lo que dice el apóstol Pedro, -que Roma considera como el primer Papa-: "Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres" (Hechos 5:29).

 

Herman J. Hegger

Ex sacerdote católico-romano

Fundador del Ministerio "En la Calle Recta"

 

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Daniel Sapia - "Conoceréis la Verdad"

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