LAS FIESTAS

por Daniel Sapia


Recuerdo en mi infancia la emoción que causaban esas palabras... “Las Fiestas..:”. Sinónimo de algarabía, calor, festejos, familia, pan dulce, regalos, primos, billetes de lotería, vacaciones próximas, olor a cohetes, etc. etc. El ambiente era invadido por incontables expresiones de deseo... “..Felicidades..!!, Felices Fiestas..!!, Muchas Felicidades..!!”

Y “las fiestas” comenzaban con el festejo de navidad. ¡Qué hermosa palabra! ...navidad. De solo escucharla me imaginaba los regalos que habría dejado Papá Noel.

¡Huy! ¡”Papá Noel”...! Que viejito maravilloso. La tan ansiada visita. Esa que casi nunca veíamos (salvo disfraz mediante), pero que siempre llegaba a tiempo, con su bolsa cargada de los juguetes que justo (que casualidad...) eran los que nos gustaban.

Una navidad sin Papá Noel no era navidad. A las 12 de la noche del 24, (jamás de chico miraba tanto el reloj), brindis... y a correr a buscar los regalos al arbolito...

¡Ha! ¡Me olvidaba..! El “arbolito..”, el famoso arbolito de navidad. Armarlo ya era una experiencia incomparable. Debíamos hacerlo el día 8 de diciembre, ni uno antes, ni uno después. Cada bola que se le ponía era un anhelo, una espera de buenos momentos, regalos, familia, regalos, fiesta, regalos, regalos. Era el “emblema oficial” de la navidad. Cuando sus luces prendían y apagaban era señal de festejo y alegría. No concebía que hubiera una casa sin su arbolito multicolor (yo pensaba en esos casos: ”...pobres... que gente triste... ¿serán felices?...”). Por el contrario, algunas tenían algunos tan grandes y adornados que daba gusto ir a visitarlos. Sus dueños... chochos. Y nosotros pensábamos “.. esta gente sí que es feliz, estos sí festejan la navidad como corresponde, con alegría...”

31 de diciembre. Año nuevo. Sigue la fiesta. Algarabía, calor, festejos, familia, pan dulce, jugar con los regalos de "Papá Noel", primos, billetes de lotería, etc. etc.

5 de enero. Día mágico. Como el 25 había nacido el niñito Jesús, unos reyes magos le habían llevado regalos. Qué bueno. Especialmente porque yo ligaba.. ¡otra vez..! 

Cuántas sanas ilusiones que viví en mi infancia. Cuántos buenos momentos. Cuántas alegrías.

Sólo lamento una sola cosa. No “vivía” el verdadero motivo de la Fiesta de Navidad.

Ahora, habiendo pasado tiempo, veo como que no importaba mucho el motivo. Todo era válido si de festejar se trataba. No era cosa de andar averiguando. Dale pa´delante. Llegan “las fiestas”, andá encargando el lechón, fijate que no falte sidra y pan dulce. ¿Mandaste el mantel blanco a la tintorería? No sea cosa que las tías te lo critiquen. Che.. tenemos que invitar a la tía Carlota con su familia, a ver si se ofenda como el año pasado...

Ahora, yo pregunto: ¿y el principal invitado, EL AGASAJADO...?, ¿estaba presente...? 

El centro de la festividad es (debe ser) solo uno: JESUCRISTO, ya que el 25 de diciembre conmemoramos simbólicamente su nacimiento (aunque haya sido originalmente instituido para reemplazar una fecha de celebración pagana = la saturnalia en honor al dios sol, convenientemente "cristianizada" por la Iglesia católica romana)

Por consiguiente, cuando se recuerda el nacimiento de alguien, se festeja su cumpleaños
¿no?

Entonces, en Navidad festejamos el cumpleaños de Jesús. Así de sencillo.

Ahora, pensá en esto: para festejar el cumpleaños de alguien debemos conocerlo. Si no conocemos al agasajado y compartimos la fiesta, somos, ni mas ni menos, que unos colados.

Debo confesar que eso fui yo hasta mis 32 años.

Pero ahora mi vida cambió. Siento la paz que solo Él puede dar, porque lo llevo en mi corazón. Y creo en su promesa de vida eterna para mi alma cuando deje este mundo.

No sé si será tu caso, pero si estás lejos de Él, aprovechá la oportunidad en su próximo cumpleaños. Hablá con Él, porque está vivo y te escucha, y pedile que te perdone, que te acepte y que te muestre lo que tiene preparado para vos (porque te aseguro que lo tiene).

La verdadera Navidad no es la de “Papá Noel”, la del arbolito, la de los cohetes, la del pan dulce, la del comercio. Todo eso dejalo en segundo plano. Es parte de la tradición. Podemos festejar el cumpleaños del Redentor sin nada de eso, pero una Navidad sin Jesucristo en nuestro corazón, es una fiesta cualquiera...

El 24 de diciembre a las 23:59, cuando levantes la copa para brindar con tus seres queridos, acrdate que estás festejando el cumpleaños de Jesucristo, quién murió en la cruz para que VOS vivas feliz...  ahora y por toda la Eternidad.

 

Esta reflexión es mi regalo de Navidad para vos y tu familia.

Dice la Biblia:

“... he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José,  hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es. Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESUS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados (Mateo 1: 18-21)

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su único hijo, para que todo aquél que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna.(Juan 3 : 16)

Dice Jesús: “Yo estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré en él, y cenaré con él, y él conmigo”  (Apocalipsis 3:20)

 

Que Dios te bendiga y..  ¡FELIZ NAVIDAD!

Daniel Sapia

Diciembre 1999

(originalmente preparado para distribuir entre mis compañeros de trabajo)

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Daniel Sapia - "Conoceréis la Verdad"

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