De las garras de satán a Cristo Jesús

por  Auro

Nací en la ciudad de México en 1981 y durante parte de mi infancia viví en el Circo, pues mi familia es familia circense. Desde que tenia uso de razón, mi abuelita, que era una católica devota, me enseñó las cuestiones de su religión y así mismo me enseñaba también a realizar conjuros mágicos utilizando santos diversos, lo que aquí en México se conoce como "Santeria". Varias veces hacía esas cosas que yo no entendía, pero que me iniciaron en el ocultismo.

A la edad de 5 años fui violado por un hombre. Más tarde, a los 6 años de edad, me violaron nuevamente en dos ocasiones más, dos hombres diferentes. Esto me marcó profundamente, pues yo no sentía ninguna clase de remordimiento ni me sentía mal por lo sucedido, lo que había sentido era algo horrible: sentía gusto por aquellas cosas.

Precisamente a esa edad (6 años) mis padres me enviaron a vivir a casa de una tía, pues ellos seguían dedicándose al Circo. Viví dos años lejos de ellos, lo cual me perturbó mucho y empecé a desarrollar sentimientos de soledad y vacío. Me sentía realmente mal y siempre que recuerdo aquellos años, recuerdo que los pasé llorando por falta de mis padres.

Años mas tarde, mis padres recibieron a Cristo y dejaron el circo. Fuimos a vivir la ciudad de Aguascalientes en donde yo, a la edad de 8 años recibí a Cristo en mi corazón. Esta fue una experiencia formidable pues empecé a aprender mucho sobre Dios y a buscarlo siempre. En una ocasión, en 1994 durante un congreso de jóvenes, yo empecé a recordar lo que me habían hecho aquellos tres hombres. Todavía sentía dolor, odio y tristeza por lo que me había sucedido, pero una voz dentro de mi me dijo: "entrégaselo al Señor, el llevara tu carga". Fue en ese momento que yo perdoné a esos hombres y sentí como si me quitaran algo de encima. A partir de ese momento dejé
de sentir lo que sentía. Ahora que lo cuento no siento absolutamente nada, NADA!.

Pero bueno, la historia no acaba ahí. Pasaron los años y comencé a alejarme de Dios, pues ví muchas cosas malas en lideres de la iglesia (había puesto los ojos en ellos y no en Cristo) me atrajeron las cosas del mundo y me hice experto en esos deleites carnales. Durante mi separación yo empecé a buscar algo, buscaba algo que llenara esa soledad que me calaba hondo, buscaba amor. Así que empecé a salir con chicas. Mas tarde empecé a fornicar y aquello se convirtió en un verdadero vicio. Conquistaba mujeres y me acostaba con ellas para después terminarlas e ir a buscar más. En el fondo soñaba con una mujer que sería algo así como mi alma gemela y empecé a buscarla. La busqué por todos lados; le escribía poesías en mis momentos mas depresivos e imaginaba que al llegar ella, yo dejaría de estar muerto y empezaría a vivir, pues conocería el verdadero amor.

En 1999, debido a una decepción amorosa muy grande, me llené de odio, empecé a odiar en una manera como nunca había odiado. Un buen día empecé a sentir cosas raras y pedí que me llevaran con un pastor; él oró por mí y Dios me liberó de 4 espíritus satánicos que tenía. Hay una cita bíblica que dice que cuando un espíritu es echado, va y busca a 7 mas poderos e intentan regresar. Bueno, pues yo lo comprobé. Seguí alejado de Dios y esto hizo que yo me empezara a involucrar en asuntos de magia y hechicería. Empecé a estudiar todo eso y como maestra tenia a una chava [mujer] que supuestamente era satanista. Ella empezó a educarme en la magia hasta que se asustó, pues descubrió que el tipo de magia natural que yo tenia (ahora comprendo que eran demonios) era para la magia roja, la cual es usada para maldecir, para matar, etc., etc.

Llegué a hacer pacto de sangre con Satanás y ni siquiera lo sabia!! En una ocasión, en trance, empecé a escribir garabatos extraños en un papel y después me corté en el brazo y llené el papel con mi sangre. Hice varios rituales pero nunca sabía para que eran. Cuando me empezaba a deprimir sentía mucho odio y en ese momento entraba como en un trance y entonces los demonios me guiaban a lo que querían que yo hiciera, entre lo cual siempre estaba el tener que cortarme y
verter mi sangre. La verdad yo sabia lo que hacia en cierta manera, y muchos cristianos me dieron la espalda, pero hubo unos que estuvieron orando por mi (Dios los bendiga enormemente) y se pusieron en la brecha buscando que Dios me tocara...y Él lo hizo.

Durante la noche yo tenia sueños en los que veía el arrebatamiento de la iglesia y sin embargo yo me quedaba, por más que tratara de hacer algo. Estos sueños y muchas otras cosas que Dios me mostró hicieron que un buen día yo decidiera renunciar a la hechicería, a la fornicación, al odio, al ego, etc., etc. Ese día le entregué todo al Señor y le pedí que me liberara. Comprendí que yo estaba en un abismo muy grande y supliqué que me sacara de ahí... y Él lo hizo.

Ahora, después de cerca de un año que abandone toda esa vida de pecado, he comprendido que ese amor que yo buscaba y ese vacío que esperaba llenar por medio de una mujer, la cual busque tanto, ese vacío sólo pude ser llenado por Dios. Ahora soy feliz completamente y la depresión ha desaparecido. A veces entristezco, si,  pero siempre tengo a Dios a mi lado que me ayuda y me consuela.

Comprendí que sólo Cristo te da la vida y solo Él puede hacerte realmente feliz. Ahora sé que si vivo o muero es para Cristo. A Él sea toda la gloria, la honra y el honor, por lo siglos de los siglos.

Amén.

Auro

 


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Daniel Sapia - "Conoceréis la Verdad"

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