¿ Quién porta la autoridad de Dios ?

La trampa de la seducción religiosa

por Daniel Sapia

Muchos caen en la trampa de dar crédito a personajes ataviados con llamativos atuendos religiosos, o dando encendidos discursos desde grandes plataformas, y aceptan cualquier cosa que estos personajes digan respecto al Reino de Dios y al Evangelio, simplemente por ser ellos quienes lo dicen..

Esta realidad es la principal razón por la cual muchos católicos honestos caen ante la seducción de tanto atavío y estereotipo religioso (totalmente inexistente en la iglesia neotestamentaria) y dan crédito ciegamente a cualquier cosa que su jerarquía eclesial les indique creer (Catecismo #88) 

 

De la experiencia misma


Hace muchos años atrás mantuve extensas conversaciones por correo con el director del conocido sitio de apologética católica Apologética.org don J.C.Sack. Nuestros numerosos intercambios fueron intensos y aunque rara vez coincidíamos en algo, en lo que a mi respecta resultaron muy enriquecedores.

Después de haber tratado muchos temas y viendo lo difícil de ponernos de acuerdo aunque sea en uno, me propuse ir a lo básico para partir de un consenso. En ese momento, después de 2 años de debates privados, mi sencilla pregunta fue: "Juan Carlos.. ¿QUE ES EL EVANGELIO?...".

Aunque parezca mentira, esa pregunta fue el final de nuestros intercambios.

El sacerdote se empecinó en definir primero QUIEN tiene la autoridad para decir lo que es Evangelio.

En vano fueron mis intentos para que responda. Repetía que primero debíamos dejar en claro QUIEN tiene la autoridad para decir qué es el Evangelio. Su estrategia era clara: llegar a concluir que sólo "el Papa y el Magisterio de obispos" tienen autoridad para definir sobre cuestiones de fe, y por ende el Evangelio de Cristo era lo que ellos dijesen que era. Y de allí en más, puerta abierta a la catarata de creencias extra bíblicas en las que se basa el catolicismo romano.

 

Apariencias

La conocida frase dice "No sólo hay que SERLO sino PARECERLO".

Para intentar "parecer serlo", en el marketing religioso es vital la apariencia, y de allí los ostentosos atavíos, las filacterias, mitras, estolas, sillas gestatorias, sotanas, tiara papal (triple corona), púrpuras y escarlatas, "3 dedos ungidos", etc. Todo ello con el fin de denotar supremacía o autoridad en materia religiosa.

Buscan la forma de investir de imagen convenientemente impactante a quien se declara (nada menos) infalible respecto a cuestiones de doctrina y fe (CC#891)

 

 

Por tal razón muchas veces es difícil hacer cambiar de enfoque a la mentalidad de un católico honesto, porque él ha aprendido, tanto por el Catecismo, liturgias, costumbres como por escenografías y vestuarios, que el que reina y manda en esta tierra es su líder el Papa, y todo lo que él diga, defina o sugiera, es cierto y verdadero sin la menor posibilidad de duda...

 

Sin embargo ...

La Escritura claramente y en diferentes textos y circunstancias, enseña que el valor está en el MENSAJE y no en el circunstancial mensajero. Que la autoridad está en la Palabra predicada y no en el predicador, en tanto este predicador (sea quien fuere y vestimenta que use) se aparte de la Verdad revelada en la Palabra de Dios. Así de simple.

Seremos víctimas y apartados de la volunta de Dios si conferimos a un humano un poder que NO posee, una autoridad que nadie le delegó (incluso hasta creerse con derecho para agregar cosas que la Escritura NO enseña).

 

Qué enseña la Biblia?

La Biblia enseña que la autoridad está en la palabra predicada y no en el predicador, incluso aunque ese predicador sea un Apóstol de Jesucristo. Más claro, imposible

Escrito está:

"Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema." (Gálatas 1:6-9)
 

Pablo les advierte que ellos mismos no tenían autoridad simplemente por ser apóstoles de Cristo, ya que si aún uno de ellos (un apóstol del círculo íntimo del Señor!) les predicaba un evangelio diferente al que había recibido, debían ser maldecidos (anatemas)

Y vemos como el mismo Pablo REPRENDE en Antioquía al apóstol Pedro cuando tuvo prácticas judaizantes en lugar de dar testimonio de su libertad en Cristo (ver en Gálatas 2:11-16)

Las señales del Señor no siguen a hombres, por más religiosos que aparenten ser, sino a Su Palabra.

Dios no ungió a hombres con infalibilidad para definir doctrina (como si la Escritura no fuera suficiente para conocer el Plan de Dios). Lo que el Padre encargó fue predicar Su Palabra, y las señales seguían a esa Palabra


Escrito está:

"Y el Señor, después que les habló, fue recibido arriba en el cielo,(C) y se sentó a la diestra de Dios. Y ellos, saliendo, predicaron en todas partes, ayudándoles el Señor y confirmando la palabra con las señales que la seguían. Amén." (Marcos 16:19-0)

 

Conclusión

No confíes en palabras y discursos de religiosos, por más atuendos, filacterias, verborragia o seguidores tengan. Analiza lo que digan conforme lo escrito en LA REGLA BIBLICA (Canon bíblico), que es a quién sólo sigue la autoridad de Dios. Y si alguien te predica algo diferente (Apóstol, Papa "infalible", Rabino, incluso mi propio pastor), sea anatema. No permitas que te engañen. Está en juego tu comunión espiritual y tu destino eterno.

 

Bendiciones en Cristo

Daniel Sapia

 

 

 

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