Fue como un rayo que descendió del cielo

por  José Lorenzo García

 

Hermoso testimonio, para la gloria de Dios, recibido en nuestra casilla de correo

 

Querido hermano en Cristo [Daniel Sapia], he estado leyendo tu pagina con interés (www.conocereislaverdad.org) ya que me parece muy importante el profundizar en los aspectos de la Fe cristiana. Yo tan solo soy uno de aquellos que por la misericordia de Dios ha vislumbrado una nueva luz por el Evangelio.

Me llamo José Lorenzo García, nací en la Ciudad de Guadalajara, Jalisco en México. Crecí bajo el conocimiento y los fundamentos de la Iglesia Católica. Desde niño asistí a todo lo que se llame formación dentro de los aspectos religiosos. A conciencia profundicé en cada aspecto de la actividad católica a través de mi adolescencia y juventud, por lo cual me hice una persona muy religiosa. Puedo decirte que estudié todos esos aspectos que un católico bien preparado tiene para defender su fe a toda espada. Fui un férreo defensor en contra de todo lo llamado secta. Participé activamente y con todo mi corazón de la vida sacramental, asistiendo diariamente a Misa, teniéndola como prioridad, ya que era el centro de mi fe en ese entonces. Me confesaba todos los viernes primeros en honor al Sagrado Corazón de Jesús, comulgaba también los sábados primeros en honor a la virgen Maria, rezaba el Rosario casi todos los días y recitaba un buen número de rezos, mucho de esto ya de memoria.

Soy sincero, lo hacía con todo mi corazón.

Un acontecimiento trascendental en mi vida fue a los 14 años,(debo decirte que mi vida fue muy golpeada sicológicamente desde muy temprana edad, con abusos sicológicos y aún sexuales). Ya a esta edad, aún con mi deseo ferviente de experimentar el Amor de Dios, Él se acercó  y tocó mi corazón tan herido. Su presencia fue tan impactante, que un fuego que quemaba mi pecho y un gozo tan grande me invadieron por meses. Nunca imaginaría lo que el tiempo me depararía. Este toque del amor de Dios me mantuvo en pie, ya que aunque se habla de santidad en el catolicismo, es muy complejo el proceso para alcanzarla según sus medios. Muchos hablan de una vida sencilla y llena de actos de caridad, obras y mas obras.

Así que me perdí en las obras, esforzándome por ser un buen católico lleno de actividades dentro de la pastoral. Esta presencia de fuego en mi corazón se fue poco a poco desvaneciendo. Había experimentado la presencia del Espíritu Santo, pero este parecía huir de mi. Pensé que debería esforzarme más en la penitencia, rezar y demás cosas, pero nada.

Como cuenta gotas muy lejana me parecía la Presencia de Dios. Aprendí que Cristo estaba presente en la hostia consagrada y con fervor pasaba las horas delante del Sagrario. Leí en muchos libros cómo Cristo les manifestaba Su amor y voluntad a ciertas personas.

Mi esfuerzo fue en vano. Llegué a pensar que Dios tendría Sus favoritos a los cuales se manifestaba. Leí tantas cosas buscando alivio a mi alma... y me refiero a pura literatura católica. Pero nada sucedió.

Decían y dicen que por María se llega a Cristo, y honestamente le rezaba con todo mi corazón. Sin embargo mi corazón se veía mas lejano de Dios. Muchos podrán decir que necesitaba una adecuada dirección espiritual de parte de un buen sacerdote. Puedo decirte que fueron muchos, algunos  versados en sabiduría humana, otros con cierto conocimiento bíblico, pero nada sucedió. Pasó el tiempo y ya llegaba mi hora.

Fue que accidentalmente llegué a un grupo de cristianos que sencillamente oraban e intercedían por las necesidades. Mis prejuicios y formación antiprotestante eran tantos que me sentí con el deseo de salirme; hasta me sentía mal de estar ahí, como quién traicionaba a la Iglesia católica. En medio de mi lucha interior empezaron a predicar la Palabra, ya que era parte de su reunión. Para estas alturas yo tenía cerca de los 22 años y conocía muchos pasajes bíblicos, ya que también acostumbraba a leer la Sagrada Escritura. Solo que algo me sucedió, la Palabra que estaba siendo predicada tenía algo tan fuerte, que cuando me pidieron pasar al frente para orar por mi, ya no me pude resistir. Fue como un rayo que descendió del cielo y atravesó el lugar. La Presencia de Dios fue tan palpable que este fue el inicio de una serie de 8 años de quebrantamiento de ataduras religiosas. Dios nunca me violentó a iniciar un nuevo camino; Su Palabra poco a poco me daba el convencimiento, muy diferente de toda la programación que recibí por toda una vida. Mi carácter necio fue quebrantado, y como naipes fueron cayendo las fortalezas religiosas de temor a dar el paso a la auténtica vida cristiana.

Cuando por fin Dios me urgió a dar el paso, fui contra viento y marea, fue el escándalo en mi familia y en toda la comunidad católica que me conocía como un agente de pastoral comprometido. Las criticas que he recibido han sido fuertes y como nunca hoy he vivido de la persecución y el rechazo. Antes, como misionero católico, íbamos a los pueblos a predicar y la gente nos recibía bien. Hoy como cristiano sufro al entrar a un pueblo donde la gente nos mira con recelo. Dios se hizo una realidad cotidiana para mi, me parece increíble que sea tan cercano, que he descubierto una hermosa libertad que nunca conocí.

Posiblemente muchos católicos podrán pensar miles de cosas con lo que digo, pero cualquier pregunta que me hagan por muchos años me las pregunté y hoy son claras. Aprendí una lección, solo Cristo a través de su Espíritu y por medio de la Palabra es capaz de abrir el entendimiento. Claro está que se necesita de alguien que con denuedo siembre la semilla.

Te felicito por la labor que haces, te bendigo en Cristo y estamos en contacto.

Si alguien desea escribirme ahí estoy..

 

José Lorenzo García

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Apologética Cristiana - ® desde Junio 2000

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