Era como una explosión de sentimientos
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por  Oscar Velázquez Camilo

 

Hola Daniel, la Paz del Dios todo Poderoso este contigo y tu familia. Mi nombre es Oscar Velázquez Camilo, actualmente estudio la maestría en ciencias de la ingeniería química en la ciudad de México D.F.

Primeramente permite felicitarte por la página la cual administras (www.conocereislaverdad.org) que ha sido de mucha bendición para mi vida espiritual. Dios te siga colmando de bendiciones. Te quise escribir acerca de mi testimonio de cómo Dios toco mi vida, no para vanagloriarme, si no todo lo contrario, dar la gloria a Dios por su obra redentora de la cual ahora gozo, también como un medio para poder llegar a más almas y de esta manera al leer mi historia puedan ellos recapacitar y darse cuenta de que siempre habrá una oportunidad para ser verdaderamente libres en el amor del Señor.

Pues bien, yo como muchos ahora pertenezco a la familia de Dios y esto gracias al sacrificio perfecto que El Señor Jesucristo realizara aproximadamente hace 2000 años por amor a la humanidad. Pero esto no fue si no hasta que tuve los 20 años. Como muchos yo nací en el hogar de una familia “católica”, puse católica entre comillas ya que no íbamos a las reuniones de la iglesia si no nos invitaban a alguna fiesta o algo por el estilo. Aparte era una familia desintegrada, ya que desde muy temprana edad yo tenia miedo a mi papá pues él trabajaba lejos y solo lo veía una vez cada 15 días, y era para golpearnos o regañarnos. Pero en fin, los años transcurrieron y la vida en casa se tornaba cada ves más difícil, al grado en que llegue a odiar a mi papá y pensar en matarlo o en suicidarme, lo cual muchas veces intente hacerlo.

Gracias a mi madre supe de un Dios, al cual aun no conocía, pero me dijo que era un Dios de amor. Ella decidió entrar a una comunidad de catecúmenos y yo decidí hacer mi primera comunión y fue en ese curso donde me pude dar cuenta que todas las respuestas a las preguntas que hacia acerca de Dios y de las costumbres de la iglesia no me satisfacían. Pero en fin esas dudas las olvidé por años, hasta que llego el día en que salí de mi ciudad natal para estudiar la carrera y fue peor porque ya entregado al alcohol y al cigarro gastaba casi todo lo que me enviaban mis padres en cerveza y cigarro aunque casi no comiera. Así empecé a darme a conocer en la escuela, al punto de ser muy conocido entre la comunidad estudiantil pues casi no había fiesta a la que faltara; incluso cuando hacían fiestas habían personas que no conocía pero querían que fuera a sus fiestas y era de que a cada semana me embriagaba de tres a cinco días, hasta que empecé a caer más y más bajo, y fue entonces que probé la marihuana y ya no recordaba lo que había pasado el día anterior. Amanecía a veces en una casa, otras veces en otras y las ultimas veces, y lo digo con mucha tristeza y vergüenza, tirado en la calle. Fue entonces que me dio miedo y quise dejar de tomar y de fumar pero no pude, y lo peor paso cuando fui de vacaciones a mi casa donde perdí nuevamente el control de mi persona por el alcohol, por lo que le di una cachetada a mi hermana por tratar de defender a mi papá quien en ese entonces tenia una hija con otra mujer. y maldije a mis familiares que trataban de hablar conmigo y quise suicidarme en una avenida, pero a la que iba a atropellar un carro por librarme a mi fue a mi hermana que venia siguiéndome para detenerme.

Yo sabia que mi vida ya estaba al borde del abismo, así que regresé a la ciudad donde estudiaba la carrera y trate de acercarme más a Dios por lo que todos los domingos iba a misa y le dejaba una veladora a la virgencita de Guadalupe, pero eso no me ayudaba pues seguía en las mismas, al punto de que casi mato a un amigo en una borrachera si es que no me detienen entre todos los que estábamos tomando. A partir de ese día tuve otros altercados y ya nada me importaba, ni mi propia vida menos la de los demás, al punto en que me pusieron un apodo ("Chuki  el muñeco diabólico") y me respetaban, pero más que respeto era miedo pues sabían que no me tentaría el alma para matar al que me ofendiera en alguna manera.

Pero fue hasta un domingo en la tarde en que hable por teléfono a un amigo con el que ya tenia como tres meses que no salía con él para tomarnos unas cervezas en nuestro bar favorito y la cuestión era que me estaba tratando de evitar ya que en ese tiempo él conoció al  Dios vivo. Déjenme contarles un poco más acerca de este amigo: Su madre es Cristiana y él había sabido de las Escrituras desde hace mucho tiempo, pero más sin embargo era ateo y hasta cierto punto metido en cosas satánicas pues él, con otros amigos suyos, realizaban sesiones de invocación a Satanás. Más él dice que decidió dejar todo cuando una vez jugando a la Ouija,  la tabla le pidió que matara a alguien de su familia y obtendría todo el dinero que el siempre había soñado. Pero bueno, él en esos tres meses de no vernos pasó de saber de Dios a conocer a Dios que es prácticamente todo. Y fue entonces que hablando por teléfono me confesó lo que Dios había hecho con el y yo no paraba de reírme y mofarme de su situación pues conocía muy bien como era, al punto de que éramos cómplices en muchas maldades, pero por respeto a la amistad que nos unía guarde silencio y sin siquiera pensarlo le dije, bueno entonces como tu no quieres ir a tomarte unos tragos conmigo, entonces invítame a tu reunión... a lo que el contestó desconcertado ¿estas seguro que quieres ir?, esto debido a que muchas veces que el me había tratado de hablar a cerca de la virgen de Guadalupe lo había amenazado. Pero yo le contesté que no había problema que tenia la mente abierta, lo único en que pensaba era en pasar el rato pues estaba aburrido y después del culto a ver si se animaba a tomarse al fin unas cervezas...

Pero algo sucedió ese día al escuchar la predicación: sentí como que si me estuvieran hablando a mi. Pero lo más raro fue que yo sentía que era Dios el que me estaba hablando, pero endurecí mi corazón y todavía le reclamé a mi amigo, que por qué le había dicho todas esas cosas de mi a su pastor, que estaba predicando, a lo que él respondió con una risa media extraña diciendo -"lo mismo me paso a mi", y fue entonces que caí en más confusión. Lo raro fue que al llegar a casa no acababa de abrir la puerta cuando sonó el teléfono y era una vieja amiga con la cual había terminado peleado por que no quiso ser mi novia. Ella era Cristiana y fue esa razón primordialmente por la cual no quiso ser mi novia. Pero el caso es que me hablaba para que saliéramos, pero a una reunión especial que tendrían en su templo y yo acepté más que nada por verla a ella. La sorpresa que me lleve ese día fue que Dios me estaba hablando nuevamente casi con las mismas palabras que el día anterior. En fin regrese a mi casa más confundido de lo que estaba y el día miércoles me hablaron para una fiesta a la cual no podía faltar ya que era el cumple de un amigo. Y fui a la fiesta y tan pronto llegué que me sirven una copa de licor y cigarros, a los cuales yo acepté. Pero pasó algo sorprendente y maravilloso: cuando le di el primer trago a la copa mi organismo no lo toleraba y cuando el cigarro iba a la mitad sentí ganas de vomitar y veía a todo mundo en la fiesta como a extraños que bailaban y se reían sin parar, y un amigo se acercó y me preguntó si me sentía bien pues me notaba raro, y yo le dije que me sentía mal pero el pensó que me sentía mal físicamente y me dijo que me fuera a descansar. Lo que no sabía es que yo ya me sentía mal pero con Dios y con mi persona.

Cuando salí de la fiesta no me despedí de nadie, y en el transcurso del trayecto llegue a un parque por el cual tenia que atravesar para llegar a mi casa. Me dolía tanto la cabeza y todo me parecía tan confuso que pensé que me volvería loco. Y sentado en una banca empecé a gritarle a Dios que me dijera que era lo que quería de mi. Y en mi desesperación ya no pude más y empecé a llorar amargamente gritándole a Dios que me reconocía como pecador que necesitaba del sacrificio que Jesús hizo en la cruz del calvario por la humanidad y le grite al Señor Jesús que lo aceptaba como mi único Salvador y Señor de mi alma. Fue entonces que empecé a reír y llorar. Era como una explosión de sentimientos que querían salir de mi pecho, el cual sentía como si me fuera a explotar. Y tan pronto controlaba mis sentimientos empezaba nuevamente a llorar pero de felicidad, y así me fui por todo el camino hasta llegar a la casa.

En esa semana tuve la oportunidad de comprar mi primera Biblia fue una dura transición la que tuve pues ya no me desvelaba para irme de parranda, ahora lo hacia estudiando la Biblia. En cualquier momento la leía, y sentía que había desperdiciado mi tiempo durante muchos años y ahora quería recuperarlo.  Pero mi historia no termina aquí. Cuando le di la noticia a mis padres, me sorprendió mucho lo que Satanás hace con tal de no perder a uno de los que antes eran suyos. Verán... a mi padre nunca lo vi llorar, pero esa ves lloró por primera vez y todo para que me dijera que recapacitara o que nunca más volviera a la casa, y que se avergonzaban de mi y que me querían mejor como antes era a que fuera un Cristiano Evangélico. Fue cuando comprendí las palabras aquellas de Jesús “y los enemigos del hombre serán los de su casa. El que ama a padre o madre más que a Mí, no es digno de Mí; el que ama a hijo o hija más que a Mí, no es digno de Mí” (Mt. 10:36,37) . En fin. Luego se dieron cuenta de su duro proceder y se retractaron aceptándome nuevamente en la familia, a la cual ahora amo con todas mis fuerzas, ya que Dios sanó todas mis heridas del alma y me enseñó a perdonar y perdonarme a mi mismo. No puedo negar que no me dolieron todas las palabras que me dijeron en ese día, pero ahora me siento muy feliz, he dejado atrás todos los vicios y me he vuelto manso, además de que cada día disfruto al máximo de mi vida de la cual me siento orgulloso pues nada me falta y al fin puedo decir que “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.”(Fil. 4:13).

Ahora tengo la gran responsabilidad de dar testimonio de que verdaderamente soy un hijo de Dios, y aunque ciertamente como humanos tendemos a caer de vez en cuando, siempre nos levantaremos y con la ayuda de Dios no volveremos a tropezar con la misma piedra creciendo en el amor del Señor “hasta que todos lleguemos a la unidad de la Fé y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” (Ef. 4:13).

 He decidido plasmar de esta manera breve parte de lo que Satanás hizo en mi vida y de cómo Dios Todopoderoso transformó mi vida de pecado en una nueva criatura. La razón por la que me animé a escribir este testimonio fue debido a que estudiando la Biblia me volví a topar con estas citas que hablan de un endemoniado de la región de los Gadarenos, que fue curado por Jesús “Mas Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti. Y se fue, y comenzó a publicar en Decápolis cuán grandes cosas había hecho Jesús con él; y todos se maravillaban” (Mr. 5:19,20).

 

Me despido elevando a Dios bendiciones para ti: “Jehová te bendiga, y te guarde; Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz.” (Num. 6:24-26). 

Oscar


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Daniel Sapia - "Conoceréis la Verdad"

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